Con un movimiento silencioso el jefe de la patrulla levantó el puño, mecánicamente los tres miembros del grupo que iban a pocos pasos permanecieron agazapados e inmóviles cubriendo cada uno un flanco a la espera de una nueva señal. Tap, tap, tap, el continuo repicar de las gotas de lluvia sobre la mano alzada a modo de visera, no distraía al líder, un águila 59 con sobrada experiencia en fregaos de este tipo, mientras escudriñaba el terreno que tenía delante de sus ojos. Por el contrario, pensó esbozando una leve sonrisa, podría serles útil para enmascarar los movimientos del grupo ahora que estaban tan cerca del objetivo. La cortina de agua difuminaba sin ocultar a la vista el complejo que se erguía a unos cientos de metros de su posición, y para corroborar que habían encontrado lo que andaban buscando, una bandera con un amenazante águila con las siglas CSD ondeaba al viento ajena a la pugna entre el peso del agua que bañaba su tela y el viento que la azotaba. Sin perder de vista el terreno adyacente, el líder se permitió una mirada rápida a su equipo -Buenos muchachos- pensó. Se habían conocido a lo largo de mil victorias y derrotas en partidas de asalto y conquista a cara de perro y en horas intempestivas. A través del VOIP, de solicitudes de amistad y de mil bromas y anécdotas se había ido fraguando una amistad impropia de soldados con una más que limitada disponibilidad para guerrear entre semana. Habían resistido reparaciones de cónsolas, partidas con lag, mantenimientos a traición, madres con la especialidad de tirón de cable de alimentación, novias más inmisericordes que la Spas de JOY a dos metros y habían salido adelante, pero él sabía que tenían los días contados y finalmente les había propuesto esta aventura, unirse a un clan. Al principio la idea no gustó a todos, pero la inexorable realidad se había impuesto. Cada día era más difícil salir airoso de las partidas, lo normal era encontrarte luchando contra un montón de soldados de un clan bien comunicados entre sí, lo que inclinaba la balanza a favor del enemigo a pesar del buen hacer de tus chicos y siempre se terminaba lamentando la inexistente cooperación de las otras patrullas. Era el momento de mover ficha y apostar por unirse a un clan ganador y con futuro.
Volviendo a la realidad y maldiciendo el tiempo perdido, el líder dio la vuelta y con un rápido gesto hizo la señal de reunión. Era hora de empezar a hacer lo que mejor sabía hacer, mantener a su equipo con vida, y para ello contaba con la certeza de que todas sus órdenes serían obedecidas sin objeciones. Mientras se despojaba de la mochila, noto un ligero temblor en la mano como Tom Hanks en Salvar al soldado Ryan, ¡Vaya! pensó, hubiera jurado que le había desactivado la vibración al mando, esto se va a poner feo, feo. Intentando transmitir seguridad, miró a sus compañeros uno a uno y por primera vez desde hacía un buen rato comenzó a hablar - Bien, muchachos, la situación es la siguiente: el centro de reclutamiento del clan CSD está aproximadamente a unos 200 metros en línea recta, el problema es que es un jodido killing field, no hay ninguna protección hasta llegar allí, pero lo vamos a conseguir. La estrategia es simple, solo hay que cubrir esa distancia y solicitar el ingreso en el clan CSD, así que vamos a ir de asalto, humo y con especializaciones que nos permitan llegar rápido y a salvo, elegid al menos sprint, contención y chaleco. Aunque no se aprecie movimiento enemigo os puedo asegurar que en cuanto estemos en la explanada va a llover suficiente plomo como para llenar el molde de un Abrams, tened por seguro que los clanes rivales de CSD intentaran eliminarnos antes de llegar al centro de reclutamiento. También os digo, que cuando vean que intentamos llegar a ellos, los del clan CSD no se van a quedar de brazos y podéis estar seguros de que pondrán todos los recursos de que disponen a nuestra disposición, ya lo hemos hablado anteriormente, pero os lo recuerdo para que veáis que este último esfuerzo merece la pena….. Server propio, sección competitivo, entrenamientos, retos, colegueo, VOIP, Team Speak, whatsApp, compañeros liderando rankings mundiales, etc… -bien, ¿Alguna pregunta? El resto de la patrulla asentía cada vez que el líder miraba a alguien en concreto y al igual que su jefe aprovechaba la charla para hacer los cambios pertinentes en su equipo. Bien, ¡chicos, vamos allá! mientras se levantaba y calculaba el tiempo que les llevaría cruzar esa tierra de nadie pensó – bueno, nuestra última carrera sin tag, la próxima vez no lucharemos en solitario…. Venga chicos, adelante!
Si quieres conocer el final del relato nos vemos dentro del clan CSD!!!!